martes, 29 de enero de 2013

Dagda


Rey Supremo de los Tuatha De Danann, el inmortal pueblo feérico de Irlanda que fue conquistado por los milesios, los invasores humanos que obligaron a los Danaans a refugiarse bajo las colinas huecas. Aunque ocultos, todavía tenían poder sobre el crecimiento de la tierra, y destruyeron todo el trigo y la leche de los milesios, para quienes no creció hierba ni grano hasta que concluyeron un tratado con Dagda. Dagda tenía cuatro palacios en las profundidades de la tierra y bajo las colinas huecas, y los repartió entre sus hijos. A Lug hijo de Ethne le dio uno, y a Ogme, otro, y se guardó dos para sí, el principal de los cuales era Brugh na Boinne, que era muy grande y estaba lleno de maravillas. Pero Angus Mac Og se lo arrebató con la ayuda de Manannan hijo de Lir. Pues Angus había estado ausente cuando Dagda repartió sus palacios y se irritó al verse excluido del reparto. Pero Manannan le aconsejó que pidiera Brugh na Boinne por un día y una noche, y él, con su magia, haría que Dagda no pudiera negarse a ello. Dagda le dio el Brugh por un día y una noche, pero, cuando terminó el plazo, Angus dijo que se lo habían dado para siempre, ya que todo el tiempo consistía en un día y una noche que se sucedían uno al otro para siempre. Dagda se lo entregó, pues, aunque era el Rey Supremo de la gran raza de Danu, podía ser vencido mediante la astucia.
    Dagda tuvo que soportar otro dolor aún más grande, pues tenía otro hijo, Aedh, hijo de la misma madre que Angus; y este hijo fue con su padre a su otro palacio próximo a Tara. Sucedió que un gran hombre de Connacht, Corrgenn, fue a visitarle y llevó a su esposa consigo. Le pareció a Corrgenn que entre Aedh y su esposa había más de lo que tendría que haber habido, y golpeó a Aedh, matándole ante los ojos de su padre. Todo el mundo esperaba que Dagda matara a Corrgenn por lo que había hecho, pero Dagda dijo que, si Corrgenn no estaba en un error, tenía razón en hacer lo que había hecho; pero le impuso un Geasa que era peor que la muerte. Tenía que cargar con el cuerpo de Aedh hasta encontrar una piedra de la medida exacta para cubrirlo y luego debía cavar una tumba en la colina más cercana, enterrar a Aedh y poner la piedra sobre él. Muchas millas tuvo que andar Corrgenn hasta que encontró una piedra en la orilla del Loch Feabhail. En la colina cercana cavó la tumba y puso en ella al hijo de Dagda, tras lo cual transportó la piedra para cubrirlo. Aquella gran labor fue demasiado para él: su corazón estalló y él murió. Dagda hizo construir un muro alrededor de la tumba y la colina recibió el nombre de Colina de Aileac, esto es, Colina de los Suspiros, que conserva desde entonces. No es seguro si Corrgenn era un hombre mortal, pero lo es que Aedh era inmortal e hijo de inmortales, aunque podía ser muerto en combate, y esto vale para todos los Tuatha De Danann a menos que posean alguna magia especial que los resucite.


                                                                      Katharine Briggs; Diccionario de las Hadas

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