viernes, 31 de mayo de 2013

Conjuro para la energía del progreso

Si es posible, pronuncia este conjuro al mediodía y en el exterior, bajo la luz y el calor del Sol. Pero si no puedes, simplemente visualiza el poder y la energía que transmite el Sol sobre ti. Enciende una vela amarilla y pronuncia el conjuro, luego dedícate un tiempo a observarte mientras progresas con energía y entusiasmo.

Sol, que estás ahí arriba, brillante y cálido,
recurro a ti para que me des energía.
Con este conjuro y encanto
llamo a tu esencia.

Sol, que estás ahí arriba, de donde viene la vida,
obséquiame con tu poder.
Ahora siento la magia del eco
que pasa a través de mí.

Voy a seguir adelante en mi vida,
progresando positivamente,
sumergida en la abundancia del poder
con la máxima devoción al Sol.





                                                                                Calendario de las Brujas de Llewellyn

miércoles, 29 de mayo de 2013

La Gran Pirámide


Este gran monumento ha sido descrito con tanta frecuencia, que la repetición aquí no serviría a ningún buen propósito. En lugar de eso, ofreceremos únicamente unas pocas cifras para mostrar su importancia matemática y para demostrar la sabiduría de sus constructores. No podemos creer que una ciencia matemática y geométrica tan maravillosa podría estar incorporada por casualidad en una estructura cuyo único propósito fuese el de servir de tumba.
    -Línea base de casi un sexto de milla de longitud.
    -Construida a unas proporciones casi absolutas.
    -Resuelve la cuadratura del círculo.
    -Peso de la Tierra en toneladas: 5.272.600.000.000.000.000.000
    / -Peso de la Pirámide en toneladas: 5.272.600
    -Pulgada de la Pirámide, 1.500.000.000 parte del diámetro polar de la Tierra, dándonos nuestra pulgada lineal moderna.
    -Altura, 5.819 pulgadas; multiplicadas por mil millones de pulgadas da 91.840.000, la distancia hasta el Sol en millas.
    -Suma de los cuatro lados de la base: 36.526 pulgadas; con 100 pulgadas por cada día del año obtenemos 365 1/4, el número exacto en un año.
    -Longitud diagonal de la base: 12.934 pulgadas; la suma de dos, 25.869 o una pulgada por cada año en el Año Sideral.
    -Edad dada de diversos modos como desde 2170 a.C. hasta 250.000 a.C. (las últimas cifras son absurdas). Es, sin embargo, lógico atribuirle una edad mayor que 2170 a.C. Las tres fechas más lógicas de su creación son 2170, 27.970 o 53.770 a.C.
    -SIEMPRE se ha considerado que está orientada hacia el verdadero Norte y Sur.
    -Colocada exactamente sobre el centro geográfico de distribución de tierra y agua en la Tierra.
    -La temperatura de la Cámara del Rey se toma como el medio del cual se obtienen todas nuestras medidas termométricas estándar.
    -Los contenidos cúbicos del sarcófago o el arca de la Cámara del Rey nos dan nuestro estándar para pesos y medidas, líquido y seco.
    -Heródoto afirma que hicieron falta 1.000.000 de hombres para construirla y Diodoro Sículo está de acuerdo con Plinio en que más de 360.000 hombres trabajaron en ella durante 20 años.
    -Gran Galería de 28 pies de altura por 157 de largo.
    -Monolitos en las escaleras, 2.300.000, cada uno pesando un promedio de 2'5 toneladas.
    -Al mediodía el meridiano no hace ninguna sombra.
(...)


                                                                                            Khei; Simbología Rosacruz

martes, 28 de mayo de 2013

ARJÉ: Agua



            · Acerca de Tales de Mileto:

            La mayoría de los primeros filósofos creyeron tan sólo principios a aquellos que se dan bajo la forma de la materia;  pues afirman que el elemento y principio primero de todas las cosas es aquel a partir del cual todas las cosas existen y llegan por primera vez al ser y en el que terminan por convertirse en su corrupción, subsistiendo la sustancia pero cambiando en sus accidentes; porque tal naturaleza se conserva siempre…, pues es necesario que haya alguna sustancia natural, una o múltiple, de la que nazcan las demás, mientras ésta se conserva. Respecto al número y la forma de tal principio no todos están de acuerdo, sino que Tales, el iniciador de tal tipo de filosofía, dice que es el agua ( por lo que manifestó que también la tierra está sobre el agua), tomando, tal vez, dicha suposición de la observación de que el alimento de todas las cosas es húmedo y que el calor mismo surge de éste y vive por éste (el principio de todas las cosas es aquello de donde nacen); de aquí dedujo su suposición y del hecho de que la semilla de todas las cosas tiene una naturaleza húmeda; y el agua es el principio natural de las cosas húmedas.

Aristóteles; Metafísica A3, 983 b 6.
 

lunes, 27 de mayo de 2013

El templo de Júpiter Belo

Este templo, que todavía duraba en mis días, es cuadrado y cada uno de sus lados tiene dos estadios. En medio de él se ve fabricada una torre maciza que tiene un estadio de altura y otro de espesor. Sobre ésta se levanta otra segunda, después otra tercera, y así sucesivamente hasta llegar al número de ocho torres. Alrededor de todas ellas hay una escalera por la parte exterior, y en la mitad de las escaleras un rellano con asientos, donde pueden descansar los que suben. En la última torre se encuentra una capilla, y dentro de ella una gran cama magníficamente dispuesta, y a su lado una mesa de oro. No se ve allí estatua ninguna, y nadie puede quedarse de noche, fuera de una sola mujer, hija del país, a quien entre todas escoge el Dios, según refieren los Caldeos, que son sus sacerdotes.
    Dicen también los Caldeos (aunque yo no les doy crédito) que viene por la noche el Dios y la pasa durmiendo en aquella cama, del mismo modo que sucede en Tebas del Egipto, como nos cuentan los Egipcios, en donde duerme una mujer en el templo de Júpiter Tebano. En ambas partes aseguran que aquellas mujeres no tienen allí comunicación con hombre alguno. También sucede lo mismo en Pátara de la Lycia, donde la sacerdotisa, todo el tiempo que reside allí el oráculo, queda por la noche encerrada en el templo.
    En el mismo templo de Babilonia hay en el piso interior otra capilla, en la cual se halla una grande estatua de Júpiter sentado, que es de oro: junto a ella una grande mesa también de oro, siendo del mismo metal la silla y la tarima. Estas piezas, según dicen los Caldeos, no se hicieron con menos de ochocientos talentos de oro. Fuera de la capilla hay un altar de oro, y además otro grande para las reses ya crecidas, pues en el de oro sólo es permitido sacrificar víctimas tiernas y de leche. Todos los años, el día en que los Caldeos celebran la fiesta de su Dios, queman en la mayor de estas dos aras mil talentos de incienso. En el mismo templo había anteriormente una estatua de doce codos, toda ella de oro macizo, la que yo no he visto, y solamente refiero lo que dicen los Caldeos. Darío, el hijo de Histaspes, formó el proyecto de apropiársela cautelosamente, pero no se atrevió a quitarla. Su hijo Xerxes la quitó por la fuerza, dando muerte al sacerdote que se oponía a que se la removiese de su sitio. Tal es el adorno y la riqueza de este templo, sin contar otros muchos donativos que los particulares le habían hecho.


                                                    Heródoto de Halicarnaso; Los nueve libros de la Historia

jueves, 23 de mayo de 2013

El Galanteador


Encontré al Galanteador un atardecer en el valle,
era más apuesto que cualquiera de nuestros jóvenes apuestos,
sus ojos eran más negros que el endrino, su voz mucho más dulce
que el canturreo de la gaita del viejo Kevin allá en Coolnagar.

Me fui a ordeñar con un corazón puro y libre.
¡Oh dolor! aquella hora amarga me consumió la vida.
Le creí un amante humano, aunque sus labios eran fríos,
y el hálito de la muerte me llegaba penetrante en su abrazo.

No sé por dónde vino, ninguna sombra le seguía,
pero los juncos suspirantes se inclinaron bajo un viento misterioso,
el tordo dejó de cantar, la niebla apareció,
los dos nos abrazamos dejando el mundo afuera.

Al otro lado de la niebla espectral oía mugir a mis vacas,
la vaquita de Ballina, blanca como nieve que arrastra el viento,
la vaca parda de Kerry, la ruana de Inisheer.
¡Oh, qué lastimera su llamada! ¡Y él me murmuraba al oído!

Sus ojos eran de fuego; sus palabras un señuelo;
grité el nombre de mi madre, pero no acudió ayuda alguna;
hice el Signo sagrado, y él lanzó un suspiro triste,
un jirón de nube se alejó flotando y yo me quedé sola.

Por la cabeza me da vueltas sin parar una vieja canción:
<<La que encuentra al Galanteador debe tejer pronto su mortaja.>>
El rostro de mi madre está surcado por las lágrimas saladas,
pero los ojos buenos de mi padre son la visión más triste de todas.

He hilado el lino y ahora mi rueda está quieta,
está tejida la pieza para mi mortaja fina y fría,
me tenderé en el lecho donde feliz doncella yo yacía.
¡Rogad por el alma de Mairè Og cuando despunte el día!


                                                                                                                     Ethna Carbery

Pincelada de Simónides de Ceos

"La poesía es pintura vocal."

miércoles, 22 de mayo de 2013

MITOPÓIESIS: La Esfinge

      La Esfinge de los monumentos egipcios (llamada "Androesfinge" por Heródoto, para distinguirla de la griega) es un león echado en la tierra y con cabeza de hombre; representaba, se conjetura, la autoridad del rey y custodiaba los sepulcros y templos. Otras, en la avenida de Karnak, tienen cabeza de carnero, el animal sagrado de Amón. Esfinges barbadas y coronadas hay en los monumentos de Asiria y la imagen es habitual en las gemas persas. Plinio, en su catálogo de animales etiópicos, incluye las esfinges, de las que no precisa otro rasgo que "el pelaje pardo rojizo y los pechos iguales".
      La Esfinge griega tiene cabeza y pechos de mujer, alas de pájaro, y cuerpo y pies de león. Otros le atribuyen cuerpo de perro y cola de serpiente. Se refiere que desolaba el país de Tebas, proponiendo enigmas a los hombres (pues tenía voz humana) y devorando a quienes no sabían resolverlos. A Edipo, hijo de Yocasta, le preguntó:
-¿Qué ser tiene cuatro pies, dos pies o tres pies, y cuántos más tiene es más débil?
      Edipo contestó que era el hombre, que de niño se arrastra en cuatro pies, cuando es mayor anda en dos y a la vejez se apoya en un báculo. La Esfinge, descifrado el enigma, se precipitó desde lo alto de la montaña.
      De Quincey, hacia 1849, sugirió una segunda interpretación, que puede complementar la tradicional. El sujeto del enigma, según De Quincey, es menos el hombre genérico que el individuo Edipo desvalido y huérfano en su mañana, solo en la edad viril y apoyado en Antígona en la desesperada y ciega vejez.

Jorge Luis Borges; El libro de los seres imaginarios.

lunes, 20 de mayo de 2013

Diversos acertijos de Gestumblindi








Entonces dijo Gestumblindi:

Hacía bastante tiempo
muy crecido estaba el ganso narigudo,
deseoso de hijos el que llevaba
las maderas para construir.
Le protegían
las cortantes espadas de paja,
aunque encima se encontraba
la rugiente roca de la bebida.

"Es un pato que había construido su nido entre las mandíbulas de un buey y el cráneo se encontraba encima".
Entonces dijo Gestumblindi:

¿Quién es el gigante
que gobierna muchas cosas
y cuya mitad mira hacia el Hel?
Saborea a los hombres
y disputa con la tierra
si posee un amigo bien afable.
Rey Heiðrekr,
piensa en el acertijo.

"Buen acertijo el tuyo, Gestumblindi, adivinado es. Es un ancla con una buena cuerda. Si su uña está en el fondo del mar, lo saborea".
Entonces dijo Gestumblindi:

¿Quiénes son las muchachas
que atacan el rompeolas
y viajan a lo largo del fiordo?
Duro lecho tienen
las mujeres del tocado blanco
y juegan poco con el tiempo en calma.

"Son las olas, pues sus lechos son las rocas y los montículos de piedras, pero son poco vistas con el tiempo en calma".


                                                                                                  Saga de Hervör

sábado, 18 de mayo de 2013

El origen del Caballero feudal


A medio camino entre el equites romano y los jinetes que formaban el séquito de los caudillos bárbaros, entre el guerrero profesional y el unido por lazos de parentesco o fidelidad a un señor feudal, el caballero medieval tal y como lo conocemos surge en torno al siglo XI, cuando a raíz de la primera cruzada nace la idea de una vinculación entre el guerrero y una causa santa. La idea, como excusa, no era nueva, que ya se ha dicho en el apartado anterior que Dios dispuso tres tipos de hombres: los que rezan, los que defienden y los que trabajan. Son Bernardo de Claraval (el predicador de la segunda cruzada) y Ramón Llull los que santifican el papel del caballero guerrero, defensor de la fe y de la obra de Dios: "Faltó en el mundo la caridad, la lealtad, la justicia y la verdad; comenzó la enemistad, la deslealtad, la injusticia y la falsedad, y por eso en el pueblo de Dios hubo error y turbación; el mundo se vio colmado de menosprecio de la justicia al disminuir la caridad y para que ésta volviese a brillar fue necesario que recuperase su honra por el temor. Por esto todo el pueblo se dividió en millares de hombres, y de cada mil de ellos fue elegido uno, que fuera el más amable, el más sabio, el más leal, más fuerte, de más noble ánimo, de mejor trato y crianza entre todos los demás (...). Se buscó también entre las bestias la más bella, la más rápida y que mayor trabajos aguantara, y que conviniera más al servicio del hombre. Y porque el caballo es el bruto más noble y más apto para servirle, por ello fue escogido, y éste es el motivo por el que aquel hombre se llama caballero".
    De igual modo las armas del caballero son mitificadas: la espada, en forma de cruz, significa que así como Cristo venció en la cruz, el caballero debe destruir a los enemigos de la cruz con la espada, símbolo de la justicia. Y eso se aplica tanto a los infieles como a los malos cristianos, que no cumplen con los sagrados preceptos que dicta la Iglesia y cometen injusticias. La lanza, a su vez, significa la verdad, la rectitud, y su hierro simboliza la fuerza de esa verdad sobre la falsedad. El emblema que lleva pintado en el escudo indica que la verdad se muestra a todos y, por lo tanto, no tiene miedo del engaño, a su vez; el casco es símbolo de la vergüenza: así como la vergüenza impide al caballero inclinarse a hechos viles, el casco defiende la cabeza, la parte más noble del hombre.


                                                                                          Ricard Ibáñez; Aquelarre

Divagaciones sobre Stonehenge


Se cuenta que un día que pasaba por los páramos de Wiltshire y atravesaba la llanura de Salisbury, Jaime VI de Escocia (más tarde rey de Inglaterra con el nombre de Jaime I) llegó ante los extraños monolitos de Stonehenge. Acompañaba al rey Sir Iñigo Jones, el famoso arquitecto de Whitehall. Impresionado por la misteriosa grandeza de aquellos círculos de piedra, el rey interrogó a su compañero y le exigió una inmediata explicación de aquel enigma. Iñigo Jones, educado en la escuela de Palladio y, en consecuencia, imbuido en extremo de romanismo, respondió en el acto, sin titubear lo más mínimo: <<Stonehenge es un templo pagano dedicado a Celus, el dios del Cielo, y construido en el estilo toscano.>>
    <<Construido en el estilo toscano>>: Roma había hablado, y durante un siglo todos los anticuarios admitían que Stonehenge y las piedras que se levantaban en la Gran y la Pequeña Bretaña y demás eran columnas toscanas.
    A decir verdad, se había olvidado el viejo manuscrito que conserva la biblioteca del Colegio de Corpus Christi en Cambridge, en el que figura un dibujo que representa al círculo de piedras de Stonehenge y en su base puede leerse esta rúbrica: <<Stonehenge, en Amesbury, Inglaterra. En este año -léase 483 de nuestra era-, el mago Merlín transportó la danza de los Gigantes de Irlanda a Stonehenge.>>
    Detengámonos ante esta expresión de <<danza de los Gigantes>>. Por todo el medievo, las piedras enhiestas (dólmenes, menhires, crómlechs) se han conocido en Europa bajo los diferentes nombres de <<piedras de hadas>>, <<piedras oscilantes>>, <<piedras giratorias>>. Un arzobispo de Upsala (Suecia), Olaüs Magnus, gran polígrafo, bautizó, en algún lugar de los veintidós volúmenes que consagró a la Historia de las naciones de Europa del Norte, con el nombre de <<danza de los Gigantes>> a estos enigmáticos círculos de piedras, sin duda porque veía en ellos, como el escribano del manuscrito de Cambridge, a unos gigantes convertidos en piedra por obra de Merlín el mago en el curso de una misteriosa danza. Para san Gil eran obras del diablo, <<maravillas diabólicas -decía- que superaban por su talla y su número todo cuanto Egipto había producido>>.


                                                                      Maurice Bell; Centauros, Héroes, Druidas

jueves, 16 de mayo de 2013

PARNASO: Si...


Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor,
han perdido la suya y te culpan de ello.

Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti,
pero también dejas lugar a sus dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no te domina el odio
Y aun así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruírlo con herramientas maltrechas.

Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un solo lanzamiento ;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones,
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido,
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "Resiste!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
con sesenta segundos de lucha bravía...

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,

y lo que es más: serás un hombre, hijo mío.

[If—

If you can keep your head when all around you
Are losing theirs and blaming it on you;

If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;

If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;

If you can dream—and not make dreams your master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings—nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run

Yours is the Earth and everything that's in it,

And—which is more—you'll be a Man my son!]

Rudyard Kipling

martes, 14 de mayo de 2013

Nacido de hombre y mujer

X- Este día había luz y madre me llamó asco. Eres un asco dijo ella. Vi en sus ojos el enfado. Me pregunto qué es un asco.
Este día había agua cayendo de arriba. Caía por todas partes. Yo lo vi. La tierra de la parte trasera que yo observaba desde la ventanita. La tierra chupaba el agua como labios sedientos. Bebió demasiado y se puso mala y movediza y marrón. No me gustó.
Yo sé que madre es una bonita. Donde está mi cama con paredes frías alrededor tengo un papel que estaba en el horno. El papel dice ESTRELLAS DE LA PANTALLA. En las fotos veo caras como las de madre y padre. Padre dice que son bonitas. Lo dijo una vez.
Y dijo que también madre. Madre tan bonita y yo muy aceptable. Dijo fíjate y ya no tenía la cara bonita. Toqué su brazo y dije todo va bien padre. Tembló y se apartó para que no pudiera tocarle más.
Hoy madre me soltó la cadena un rato y pude mirar por la ventanita. Por eso vi el agua que caía de arriba.

XX- Este día habría brillo arriba. Cuando lo miré me dolieron los ojos. Después de mirarlo el sótano está rojo.
Creo que esto era iglesia. Ellos se van de arriba. La gran máquina se los traga y se va y ya no está. En la parte trasera está la pequeña madre. Es más pequeña que yo. Yo soy grande. Es un secreto pero he arrancado la cadena de la pared. Puedo mirar por la ventanita todo lo que quiero.
Este día se hizo oscuro. Ya había tomado la comida y algunos bichos. Oigo risas arriba. Quiero saber por qué son las risas. He quitado la cadena de la pared y la enrollo en mi cuerpo. He pisado barro hasta llegar a las escaleras. Hacen ruido cuando ando encima de ellas. Mis piernas resbalan porque yo no ando por escaleras. Mis pies se agarran a la madera.
He subido y abierto una puerta. Era un lugar blanco. Como las joyas blancas que caen de arriba algunas veces. He entrado sin hacer ruido. Oigo mejor la risa. Voy hacia el sonido y miro a la gente. Más gente de la que yo pensaba. He pensado que debería reírme con ellos.
Madre salió y empujó la puerta. Me ha dado y me duele. He caído a un suelo muy liso y la cadena hace ruido. He gritado. Ella ha hecho un ruido como si silbara y se ha tapado la boca con la mano. Tiene los ojos muy abiertos.
Me miró. Oigo a padre gritar. Qué cayó gritaba. Ella dijo una barra de hierro. Ayúdame a levantarla dijo madre. Él vino y dijo que si eso era tan pesado. Me vio y se puso muy tieso. El enfado lo tenía en los ojos. Me pegó. Manché el suelo con el barro de un brazo. No era bonito. El suelo quedaba de un verde muy feo.
Padre me dijo que fuera al sótano. Tuve que irme. La luz me hacía daño a los ojos. No es como la del sótano.
Padre ató mis brazos y piernas. Me pone en mi cama. Oigo risa arriba mientras me estoy quieto mirando una araña negra que camina encima de mí. Pensé lo que mi padre había dicho. Ohdios dijo. Y sólo ocho.

XXX- Este día aún era oscuro y padre puso la cadena otra vez. Quiero arrancarla de nuevo. Él dijo que yo era malo por ir arriba. Dijo nunca lo vuelvas a hacer o te daré una paliza. Eso duele mucho.
Estoy dolorido. He dormido todo el día con la cabeza pegada a la pared fría. He pensado en el lugar blanco que hay arriba.

XXXX- He soltado la cadena de la pared. Madre estaba arriba. Oí risitas muy altas. Miré por la ventana. Vi alguna gente como la pequeña madre y también pequeños padres. Son bonitos.
Hacían ruidos agradables y saltaban en la tierra. Sus piernas se movían mucho. Son como madre y padre. Madre dice que toda la gente honrada se parece a ellos.
Uno de los pequeños padres me vio. Señaló la ventana. Me aparté y me escondí pegado a la pared. Estaba muy oscuro. Me encogí para que no me vieran. Por la ventana oí sus voces y pies corriendo. Arriba oí el golpe de una puerta. Oí a la pequeña madre gritando arriba. Oí pasos muy fuertes y corrí a mi cama. Puse la cadena en la pared y me tumbé.
Oí a madre bajar. Has estado en la ventana dijo. Oí su enfado. No te acerques a la ventana. Has vuelto a arrancar la cadena.
Ella cogió el bastón y me pegó. No grité. No puedo hacerlo. Pero las gotas cayeron por toda la cama. Ella lo vio y se fue e hizo un ruido. Ohdiosmío diosmío ella dijo. Por qué me has hecho esto. Oí el bastón rebotar en la piedra del suelo. Ella corrió arriba. Me dormí.

XXXXX- Este día había agua otra vez. Cuando madre estaba arriba oí a la pequeña bajar poco a poco las escaleras. Me escondí en la carbonera porque madre se enfada si la pequeña madre me ve.
Ella llevaba una pequeña cosa viva. Corría por los brazos y tenía orejas puntiagudas. Ella le decía cosas.
Todo iba bien pero la cosa viva me olió. Se subió encima del carbón y me miró. Los pelos se le levantaron. Hizo un ruido de enfado con el cuello. Gruñí pero me saltó encima.
No quería hacerle daño. Tuve miedo porque me mordió más fuerte que la rata. Me quejé y la pequeña madre gritó. Cogí con mucha fuerza a la cosa viva. Hizo ruidos que yo no había oído nunca. Apreté más. Todo el carbón quedó lleno de gotas rojas.
Me oculté allí cuando madre llamó. Tenía miedo del bastón. Se fue. Me arrastré por el carbón con la cosa. La puse bajo mi almohada y me eché encima. Volví a poner la cadena en la pared.

X- Todo ha cambiado. Padre puso la cadena muy fuerte. Me pegó y me duele mucho. Esta vez le quité el bastón de las manos e hice ruido. Se marchó y tenía la cara muy blanca. Se apartó de mi cama y cerró la puerta con llave.
No estoy muy contento. Aquí hace frío todo el día. La cadena se va despegando poco a poco de la pared. Y estoy muy enfadado con madre y padre. Y se lo demostraré. Haré lo que ya hice una vez.
Chillaré y me reiré muy fuerte. Mancharé las paredes. Me pondré cabeza abajo y reiré y lo pondré todo verde con mis piernas hasta que se arrepientan de haberme tratado tan mal.
Y si intentan pegarme otra vez les haré daño. Lo haré.


                                                                                                    Richard Matheson

PSIQUE: Occidente

      I.- Instintos vacilantes, creencias corrompidas, manías y cocheces. Por todas partes conquistadores jubilados, rentistas del heroísmo, frente a jóvenes Alaricos que acechan a las nuevas Romas; por todas partes paradojas de linfáticos. En el pasado, las ocurrencias de salón atravesaban los países, desconcertaban a la estupidez o la aguzaban. Europa, coqueta e intratable, se encontraba en la flor de la edad; decrépita hoy, a nadie excita ya. Los bárbaros, sin embargo, esperan aún heredar sus galas y se irritan ante su larga agonía.

      II.- Francia, Inglaterra, Alemania; Italia quizás. El resto... ¿Por qué causa se detiene una civilización? ¿Por qué la pintura holandesa o la mística española sólo florecieron un instante? ¡Cuántas naciones han sobrevivido a su genio! Su ocaso es por ello trágico; el de Francia, Alemania e Inglaterra procede, sin embargo, de algo irreparable, del fin de un proceso, de un deber cumplido; es natural, explicable, justo; ¿podría ser de otra manera? Son países que han prosperado y se han arruinado juntos, por espíritu de competencia, de fraternidad y de odio; mientras tanto, en el resto del globo, el hampa nuevo almacenaba energías, se multiplicaba y esperaba.
      Tribus de instintos imperiosos se aglutinan para formar una gran potencia; pero llega un momento en que, resignadas y agotadas, ya sólo aspiran a un papel subalterno. Cuando se cesa de invadir, se acepta ser invadido. El drama de Aníbal fue haber nacido demasiado pronto; algunos siglos más tarde hubiera encontrado abiertas las puertas de Roma. El Imperio estaba vacante, como la Europa de hoy.

      III.- Hemos saboreado todos el mal de Occidente. Sabemos demasiado del arte, del amor, de la religión, de la guerra, para creer aún en algo; hemos perdido además tantos siglos en ello... La época de la perfección en la plenitud está terminada. ¿La materia de los poemas? Extenuada. ¿Amar? Hasta la chusma repudia el "sentimiento". ¿La piedad? Visitad las catedrales: ya no se arrodillan en ellas más que los ineptos. ¿Quién desea aún combatir? El héroe está superado; únicamente la carnicería impersonal sigue de moda. Somos fantoches clarividentes, ya sólo capaces de hacer muecas ante lo irremediable.
      ¿Occidente? Una posibilidad sin futuro.

      IV.- No pudiendo defender nuestras frivolidades contra los músculos, seremos cada día menos utilizables para cualquier fin: el primero que llegue nos maniatará. Contémplese a Occidente: desborda de saber, de deshonor y de pereza. En esto tenían que acabar los cruzados, los conquistadores, los piratas, en el estupor de una misión cumplida.
      Cuando Roma replegaba sus legiones, ignoraba la Historia y las lecciones de los crepúsculos. No es ése nuestro caso. ¡Qué terrible Mesías nos aguarda...!

E. M. Cioran; Silogismos de la amargura.

lunes, 13 de mayo de 2013

Losa sepulcral de Palenque


Enseñanza Bene Gesserit

"Los seres humanos viven mejor cuando cada uno tiene su lugar donde permanecer, cuando cada uno sabe dónde pertenece en el esquema de las cosas y lo que puede conseguir. Destruye el lugar, y destruirás a la persona."

domingo, 12 de mayo de 2013

Teoría bélica de Andry Bogolyubov

(...) Su tesis era que los antagonistas potenciales se complicaron en cierta clase de danza diplomática de guerra con características articulables específicas. La fase de guerra en danza creaba una psicología que finalmente garantizaba un encuentro armado porque tendía a hacerse cargo del momento de los acontecimientos. Decía que esto era particularmente cierto en las democracias. Este proceso, una vez iniciado, no se interrumpe con facilidad. Una vez que se ha derramado sangre, es casi imposible retroceder. Las ambiciones y los objetivos originales se pierden, cada bando pasa a creer nada más que en su propia propaganda, la economía se torna dependiente del ambiente hostil y las carreras políticas se arman en base al peligro común. En consecuencia, el ciclo de mercado de guerra se cierra y no cede hasta que uno de los contendientes queda exhausto.
    A menos que emerjan simultáneamente líderes en ambos lados, reconozcan la situación tal como es y posean el carácter y el soporte interno para actuar, no puede haber otra solución que la militar. Por desgracia, los sistemas políticos rara vez son aptos para producir políticos capaces o siquiera concebir, mucho menos llevar a cabo, una estrategia de no alineación. La posibilidad de oposición contra las personas que erigieran de tal modo en un momento de crisis, es, digamos, bastante alta.


                         Jack McDevitt; Un Talento para la Guerra

viernes, 10 de mayo de 2013

TAUMATURGIA: Adivinos

       Hombres que adivinan y predicen las cosas futuras. En un siglo tan ilustrado como el nuestro, hay aún personas que creen en los adivinos y aparecidos, y frecuentemente estas personas tan crédulas han recibido una educación que debiera elevarlas más allá de las preocupaciones vulgares.
      Dos señoritas de distinguida clase oyeron hablar de una adivina para quien no estaba oculto el porvenir, resolvieron consultarla, y se encaminaron a su casa al ir al teatro, es decir, con todos sus adornos. Las alhajas que llevaban deslumbraron a la adivina: "Señoras -les dijo-; si queréis ver en el porvenir es necesario os arméis de valor. Sabed que todos tenemos en este mundo un espíritu que nos acompaña sin cesar, pero que no se muestra a nosotros sino cuando a ello le fuerza un poder superior. Sólo me es dado a mí el procurar una conversación particular con el vuestro; pero de ningún modo cederá a mis conjuros si no aceptáis algunas condiciones absolutamente necesarias". Las señoras preguntaron con afán cuáles eran éstas. "Vedlas aquí -prosiguió la vieja-; debéis despojaros de los vestidos que os cubren y quitaros por un momento estas obras de lujo, que prueban bien cuánto se ha pervertido el linaje humano. Adán estaba desnudo cuando hablaba con los espíritus".
      Las señoras vacilan; y viénenles tentaciones de retirarse; pero cobran valor, y la curiosidad las arrastra. Los vestidos y las joyas son depositados en un cuarto y cada una de las señoras conducidas a dos gabinetes separados. En ellos permanecieron más de dos horas con una impaciencia difícil de expresar. En fin, no viendo comparecer al espíritu, empiezan a creer que han sido engañadas. Se apodera de ellas el espanto, dan agudos gritos; sus gentes y los vecinos acuden, y las sacan de su prisión. La pretendida adivina, después de haberlas encerrado, se había ido de su casa con los vestidos de ellas y los suyos.
      Habiendo sido hurtado de la casa de un gran señor un  plato de plata, el que estaba encargado de la vajilla, se fue con un compañero suyo a ver una vieja que ganaba su sustento adivinando. Creyendo haber ya hallado el ladrón y recobrado el plato, llegaron al amanecer a la casa de la adivina, que notando al abrir que habían llenado la puerta de lodo y basura exclamó encolerizada: "Si supiera quién ha sido el pícaro que aquí ha puesto esto, se lo echaba todo por las narices". El que iba ha consultarla mirando a su compañero: "¿Por qué -le dijo- vamos a perder el dinero? ¿Podrá acaso decirnos esta vieja quién nos ha robado, cuando no sabe adivinar tan siquiera las cosas que a ella le tocan?" (...)

Collin de Plancy; Diccionario infernal.