viernes, 21 de diciembre de 2012

Conclusión a "Las tres edades"


(Fragmento)

Éste es, me imagino, el verdadero origen del realismo. El realismo es simplemente el romanticismo que ha perdido la razón. No sólo en el sentido de la locura sino también en el del suicidio. Ha perdido la razón; ésa es su razón de ser. Los antiguos griegos convocaban a todos los seres con caracteres divinos para adorar a su dios. En la Edad Media los cristianos los convocaban a todos para adorar al suyo, enanos y pelícanos, monos y locos. Los realistas modernos convocan estos millones de criaturas para adorar a su dios; pero no tienen dios al que adorar. El paganismo fue en arte pura belleza; ése fue el principio. El cristianismo fue la belleza creada mediante el control de un millar de monstruos horribles; y para mí ése fue el cenit y el mediodía. El arte y la ciencia modernos prácticamente pretenden tener el millón de monstruos y no son capaces de dominarlos; y me atrevo a llamar a esto ruptura y desintegración. Las piezas más hermosas de los mármoles de Elgin consisten en espléndidos caballos que avanzan hacia el templo de una virgen. El cristianismo, con sus gárgolas y grutescos, viene a decir en realidad que un asno podría preceder a todos los caballos del mundo cuando verdaderamente se dirige al templo. Romanticismo equivale a un asno sagrado dirigiéndose al templo. El realismo equivale a un asno perdido yendo a ninguna parte.


                                                                        G. K. Chesterton

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