domingo, 30 de junio de 2013

Un ingeniero, intérprete de la Biblia

Era algo insólito en la historia milenaria de la exégesis de la Biblia que un ingeniero se dispusiera a interpretar sus textos con espíritu crítico. El ingeniero se llama Josef F. Blumrich, fue jefe del grupo técnico de construcción de la NASA en Huntsville, Alabama, es titular de numerosas patentes para la construcción de grandes cohetes, y posee la Exceptional-Service-Medaille de la NASA. Por su cualificación técnica, en su libro Y los cielos se abrieron, demostró la existencia de la nave espacial del profeta Ezequiel. Dice Blumrich en el prólogo que, en realidad, él pretendía demostrar la <<inviabilidad>> de mis afirmaciones, pero que nunca un fracaso resultó tan fecundo, tan fascinante ni tan halagüeño.
    Resultados de las investigaciones técnicas de Blumrich:
    De la descripción que hace Ezequiel puede deducirse el aspecto general de las naves. Es decir, que cualquier ingeniero podría deducir las características del aparato y reconstruirlo. Cuando uno comprueba que el aparato no sólo es técnicamente posible, sino que está bien resuelto y encuentra además, en la descripción de Ezequiel, unos detalles y procesos técnicamente correctos, entonces comprende uno que ya no se puede hablar de simples indicios. He descubierto que la nave de Ezequiel tiene unas dimensiones muy plausibles:

Impulso específico                                         Isp = 2.080 seg
Peso de la construcción                                Wo = 63.300 kg
Combustible para el regreso                         W9 = 36.700 kg
Diámetro del rotor                                         Dr = 18 m
Potencia de accionamiento del rotor (total)    N = 70.000 CV
Diámetro del cuerpo principal                         D = 18 m

    Estos datos denotan una nave no sólo técnicamente factible, sino idónea para sus funciones y su misión. Nos sorprende encontrar un nivel técnico que no es en modo alguno fantástico, sino que, si mucho me apuran, está ya casi a nuestro alcance, es decir apenas por delante de nosotros. Además, los datos apuntan a una nave espacial utilizada en combinación con una nave nodriza situada en órbita alrededor de la Tierra. Lo único fantástico es que semejante nave espacial fuera una realidad tangible hace ya más de 2.500 años.
    Las investigaciones de Blumrich dieron como resultado la construcción, siguiendo las descripciones de Ezequiel, de una rueda que podía girar en todas las direcciones, por la cual, el 5 de febrero de 1974, obtuvo la UNITED STATES PATENT nº 3.789.947, otro reconocimiento de la viabilidad del informe hecho por Ezequiel.
    Por tanto, yo no iba tan descaminado en mis osadas interpretaciones técnicas, como mis críticos hubieran deseado.


                                                              Erich von Däniken; La estrategia de los dioses

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