lunes, 4 de marzo de 2013

Testimonio sobre vampirismo


En Vaguilesti, en el Mehedinti, había un campesino originario de Transilvania, Dimitriu Vaideanu, que se había casado con una mujer en Vaguilesti y se había establecido allí. Sus hijos murieron uno tras otro; siete murieron a los pocos meses de su nacimiento, aunque también habían muerto algunos niños más mayores.
    La gente empezó a preguntarle cuál podía ser la causa de todo esto. Se celebró una asamblea y se decidió llevar, una noche, un caballo blanco al cementerio para ver si pasaba sobre las tumbas de todos los parientes de la mujer. Así lo hicieron; el caballo saltó sobre todas las tumbas, hasta que llegó junto a la tumba de la suegra, Joana Marta, que había sido una bruja conocida en todas partes. Entonces el caballo se paró, golpeando el suelo con sus cascos, relinchando y resoplando, reticente a pasar sobre la tumba. Probablemente había algo sacrílego en aquel lugar.
    Por la noche, Dimitriu y su hijo cogieron velas y se dispusieron a abrir la tumba. Fueron presa del terror ante lo que se presentó ante sus ojos. La mujer estaba sentada a la turca, con los largos cabellos cayéndole sobre el rostro, con la piel completamente roja y con las uñas de los dedos terriblemente largas. Recogieron ramas, astillas y trocitos de viejas cruces, lo rociaron con vino, lo pusieron todo en paja y le prendieron fuego. Luego volvieron a echar la tierra sobre la tumba y regresaron a casa.


                                                              Tudor Pamfile (1856-1946)

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