jueves, 7 de marzo de 2013

Las antiguas historias del Quiché


Dijeron los dioses: Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten. (...) De tierra y barro hicieron la carne del hombre. Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando, no tenía movimiento ni fuerza, no movía la cabeza, la cara se le iba para un lado, tenía velada la vista (...). Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo sostener. (...) Los dioses consultaban a sus mayores y acordaron elegir otro material para hacer el hombre. Al instante fueron hechos muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, (...) se extendieron y se multiplicaron. Pero no tenían alma ni entendimiento. No se acordaban de su creador, andaban a gatas, su cara estaba enjuta, sus pies y manos no tenían consistencia, no tenían sangre (...). Los dioses decidieron castigarlos (...). Fueron golpeados; a todos les fueron destrozadas las bocas y caras. Y dicen que la descendencia de aquéllos son los monos que existen ahora en los bosques (...). Y por esta razón el mono se parece al hombre.

    (...) y dijeron los creadores: Ha llegado el tiempo de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de sustentar y nutrir, los vasallos civilizados: que aparezca el hombre (...). De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne. De masa de maíz se hicieron sus brazos y piernas. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los hombres que fueron creados.


                                                                                                                                    Popol Vuh

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