lunes, 18 de marzo de 2013

Marzo

Cuando llega el equinoccio, las brujas centran su energía en el balance cambiante de una estación que se fusiona con la siguiente. Dirigimos nuestra atención a nuestro alrededor, trabajamos nuestra magia para satisfacer las necesidades del hogar, la supervivencia y el espíritu. Honramos el cambio de estación y todo lo que le acompaña: jardines que necesitan cuidado, proyectos que precisan un comienzo o un final, y acontecimientos de la vida que son inminentes o recientes. Todas estas necesidades externas nos pueden consumir. En medio de todo esto, a veces olvidamos que para sintonizar el ritmo inexorable de la Tierra, también debemos cuidar de nosotros mismos. El equinoccio nos da un momento de reequilibrio como si fuera una oportunidad para adentrarnos y descubrir nuestro propio interior. Como dijo Doreen Valiente, en El encargo de la Diosa:
    Y vosotros que me buscáis, sabed que vuestro deseo y búsqueda
    no serán satisfechos a menos que conozcáis el misterio: que
    si aquello que buscáis no lo encontráis en vuestro interior, jamás
    lo encontraréis fuera.
Estos tiempos de control y equilibrio también son momentos para centrar la atención en ti misma, para examinar no sólo tu trayectoria, sino en qué punto te encuentras. ¿Estás sana? ¿Eres honesta contigo misma? Cuando tus trayectorias interiores estén claras podremos conectar con lo divino, será mucho mejor. Tomarte el tiempo para considerar tu condición interna, te fortalece y equilibra tu vida interior y exterior. Al saber lo que hay dentro de nosotros mismos entendemos lo que se debe comenzar y lo que se debe acabar.


Éste será tu conjuro
Necesitarás lo siguiente:
-Un espejo que se aguante por sí solo.
-Un incienso (barrita) o el carbón y el incienso por separado (puedes probarlo con jazmín, o puedes utilizar una mezcla de salvia, violeta o Galium odoratum).
-Un lugar cómodo para sentarse delante del espejo.
Fíjate en ti misma delante del espejo. Toma medidas para marcar el área como un lugar sagrado y medita hasta sentirte lo más tranquila y abierta posible. Enciende el incienso, mira hacia el espejo con un enfoque suave y di:
    Llévame hacia mis caminos interiores
    donde coinciden pasado y futuro.
    Déjame oír mi voz más real
    desde lo más profundo.
Continúa mirando al espejo. Si necesitas ayuda para mantenerte centrada en ti misma y en tu voz interior, pronuncia las dos últimas líneas del conjuro. Te encontrarás a ti misma y advertirás los detalles de tu cuerpo, de tu salud, o incluso de tus emociones. Algunos de estos detalles te pueden sorprender.
Cuando hayas terminado, deja que el incienso se queme del todo e invierte el tiempo que haga falta en centrarte. Cuando hayas apartado el material del ritual, siéntate con tu agenda y piensa en hacer frente a cualquier necesidad y realización que hayas descubierto durante el conjuro.


                                                                                       Calendario de las Brujas de Llewellyn

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