jueves, 21 de marzo de 2013

La historia de Gales


Nosotros fuimos adiestrados para la guerra; las colinas
No eran más duras, la fina hierba
Nos vistió más calientes que las gruesas
Camisas nuestros pequeños huesos.
Nosotros luchamos, y fuimos siempre en retirada,
Como la nieve que se deshiela en las laderas
De Mynydd Mawr; y no obstante el extranjero
Nunca encontró nuestra última morada
En los espesos bosques, recitando versos
A la afilada inspiración del arpa.

Nuestros reyes murieron, o fueron asesinados
Por la vieja traición en el vado.
Nuestros bardos perecieron, expulsados de los salones
De los nobles por la zarza y el espino.

Nosotros fuimos criados entre las leyendas,
Calentando nuestras manos en el rojo pasado.
Los Grandes se espantaron ante nuestra suelta rabia
Adheridos obstinadamente a nuestro orgulloso árbol
De sangre y nacimiento, nuestros vientres inclinados
Y casas de barro fueron una prueba
De nuestra ineptitud para la vida.

Nosotros fuimos un pueblo que se malgastó
En inútiles batallas para nuestros dueños,
En tierras en las que derechos no teníamos,
Contra hombres por los que odio no sentíamos.

Nosotros fuimos un pueblo, y lo seguimos siendo.
Cuando dejemos de pelearnos por las migajas
Bajo la mesa o royendo los huesos
De una cultura muerta, nos levantaremos,
Armados, pero no a la antigua usanza.


                                                                                                         R. S. Thomas

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