<<Gloria a Micael de Nebadon, Hijo del Hijo Eterno! Yo, Gavalia, jefe de las Estrellas de la Tarde de Nebadon, escribo por orden de Gabriel. Éste es el misterio de la quinta "encarnación" de quien asciende y desciende por su poder.>>
Y así dice la quinta página:
<<Es confesión del excelso Gabriel: ni él mismo, la brillante Estrella del Alba, está en disposición de entender cómo su Creador, Micael de Nebadon, puede prescindir de su estatuto de Hijo del Paraíso para ser y parecer una criatura evolucionaria del tiempo y del espacio. Pero él, como nosotros, cree y acepta. Y se inclinó humilde y leal ante la quinta "encarnación" del gran Soberano. Esto fue hace trescientos millones de años, según el cómputo de la Tierra. En aquel tiempo, las altas jerarquías y jefes del universo local de Nebadon asistimos a una nueva transferencia de poderes de Micael a su hermano e Hijo del Paraíso, Emmanuel. Pero, en esta solemne ocasión, todo fue distinto: Micael anunció pública y oficialmente el lugar al que se dirigía. Y este lugar era Uversa, la sede-capital del séptimo de los Superuniversos: nuestro Superuniverso. Y su ingreso en Uversa ha quedado registrado así en los anales de la Historia: "Sin anuncio previo ha llegado hoy a esta sagrada sede-capital un peregrino de origen humano, en su camino ascendente desde los mundos del universo local de Nebadon. Se halla acompañado por Gabriel y confirmado por la autoridad de Emmanuel. Esta criatura desconocida presenta el estatuto de un verdadero espíritu y así ha sido acogido en nuestra comunidad."
>>En Nebadon se siguió con profundo interés la carrera ascensional de este humilde peregrino hacia la Perfección. La escolta permanente del poderoso Gabriel fue definitiva. Todos supimos que aquel espíritu originario de los mundos del tiempo y del espacio era en verdad nuestro Soberano y Creador. Pero, aún hoy, no podemos comprender cómo fue posible semejante transformación. Era la primera vez que Micael se encarnaba en un espíritu perfectamente desarrollado, pero de origen humano. Y durante once años del tiempo del Superuniverso trabajó y se comportó como uno más de los peregrinos que llegan a Uversa, procedentes de los más modestos e imperfectos mundos evolucionarios. Y Eventod -éste fue su nombre- fue tentado y probado como el resto de sus compañeros peregrinos ascendentes de todos los universos locales del Superuniverso. Y fue un leal aspirante a la Perfección, ganándose la estima y la admiración de cuantos le rodearon. Su quinta experiencia como una criatura más de su propia creación culminaría cuando el grupo de peregrinos al que pertenecía se dispuso para el siguiente y gigantesco "salto" hacia el Gran Universo de Havona. Tras una entrevista con los Ancianos de los Días, jefes del séptimo de los Superuniversos, el misterioso "peregrino" desapareció. Al poco, Micael reaparecía en la sede-capital de su universo local. Y su gloria y poder fueron reconocidos y todo Nebadon fue uno con su Soberano.
>>Esta quinta encarnación de Micael abrió los ojos de sus más cercanas criaturas, engrandeciendo aún más, si cabe, el divino plan de elevación de los mortales del reino desde sus remotos planetas hasta la Isla Nuclear de Luz. Y en esos momentos fuimos conscientes de que la grandeza de este divino Hijo del Paraíso podría conducirle a encarnar, incluso, en el último y más imperfecto de los círculos de su obra: en el hombre físico y mortal. Tales apreciaciones serían confirmadas algún tiempo después. Y así es y así figura en la quinta página de la historia que he escrito por mandato de Gabriel.>>
Revelaciones custodiadas por la Fundación Urantia, y recogidas por
J.J. Benítez en 'El Testamento de San Juan'.
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