viernes, 12 de julio de 2013

La aventura de los doctores Faure y Sardou

Narrada por Faure:

Fue en Niza, una ciudad donde acababa de ser instalado el teléfono automático... Ciertos días, los aparatos no funcionaban, o funcionaban caóticamente durante unas pocas horas, aunque nada en el mecanismo explicaba el porqué. De pronto, la línea se ponía de nuevo en funcionamiento sin ayuda humana alguna. A mí me sorprendió bastante que me dijeran que esas perturbaciones temporales del teléfono iban acompañadas de un aumento en el número de enfermedades y precedidas por ciertas perturbaciones atmosféricas. Uno de aquellos días en que el teléfono llevaba ya algún rato sin funcionar como es debido leí en el periódico que una fuerte tormenta magnética en los Estados Unidos había interrumpido durante varias horas la comunicación telefónica y telegráfica. Cuando pregunté a Monsieur Vallot (un astrónomo) sobre la cuestión, me dijo que esas perturbaciones no tenían nada de raro y que también afectaban la estabilidad de las brújulas, la aparición de las luces nórdicas, temblores sísmicos, erupciones volcánicas, etc. Según él, una de las causas más probables de esas perturbaciones magnéticas era el paso de grandes manchas solares a través del meridiano. Así, pues, nos pusimos de acuerdo para investigar juntos si el paso de las manchas solares coincidía también con el recrudecimiento de las enfermedades humanas.
    El doctor Sardou, que se enteró de nuestro proyecto, nos ofreció su colaboración y los tres comenzamos nuestras primeras investigaciones. Vallot, en su laboratorio de Mont Blanc, observaba el paso de las manchas solares. Al mismo tiempo, el doctor Sardou estudiaba los casos de enfermedad observados en Niza, en la costa del Mediterráneo, mientras yo hacía lo mismo en Lamalou, cerca de los montes de Cevennes, al borde mismo de la meseta central de Francia. No nos comunicábamos mutuamente nuestras observaciones, pero cuando comparamos los resultados después de 267 días de incesante observación, estaba claro que había una secuencia cronológica, es decir, que las 25 transiciones de manchas solares eran seguidas en veintiún casos por una clara incidencia de morbo... Más tarde, noté también que el número de muertes repentinas durante el paso de las manchas solares era el doble de grande que en cualquier otro momento.


                                                                         R. Tocquet; Cycles et rythmes

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