Relato poco frecuente en la tradición popular inglesa, pues es un relato mitológico, aunque no se trata en modo alguno de un mito sobre los orígenes. La Sra. Balfour lo recogió en los Fens [marjales] de Lincolnshire y lo publicó en <<Leyendas de los Cars>> (Folk-Lore, vol. II). La heroína de la historia es una personificación de la Luna, la cual oyó decir que en los Fens tenían lugar hechos siniestros con la presencia de brujas, Bogles, muertos y horrores reptantes, y que los Will o' the Wykes extraviaban a los viajeros. Una noche de luna se envolvió en una capa oscura y fue a ver lo que ocurría. Mientras pasaba ágilmente sobre los Fens, una piedra rodó bajo sus pies y una rama sumergida de sauce se enredó en sus muñecas y la hizo caer en la ciénaga. Todos los malos espíritus de los Fens se congregaron a su alrededor y la enterraron bajo una gran piedra, dejando a un Will o' the Wykes para que la vigilara, y durante más de un mes la luna no brilló en el cielo y los horrores reptantes crecieron en fuerza hasta que los hombres de los Fens empezaron a temer que invadieran sus propios hogares. Finalmente, siguiendo el consejo de una adivina, los hombres de los Fens partieron en busca de la Luna enterrada en completo silencio, y en silencio pronunciaron los encantamientos que la liberaron. Levantaron la gran piedra y ella se elevó a los cielos y expulsó a los malos espíritus. Esta historia forma parte de un grupo de relatos tan inusuales que algunos folkloristas han dudado de su autenticidad. No obstante, la Sra. Balfour publicó las notas que tomó en su momento, las cuales establecieron la exactitud general de los cuentos, aunque de vez en cuando se haya podido introducir en ellos una palabra escocesa, y no cabe duda, por las recopilaciones posteriores, de que la región de los Fens era un reducto único de leyendas y tradiciones.
Katharine Briggs; Diccionario de las Hadas
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