donde las provisiones son diez o cien veces
más de las necesarias,

Aunque haya embarcaciones y carruajes
no hay nadie que viaje en ellos;
aunque haya espadas y corazas
no hay necesidad de usarlas.
Siguen haciendo sus cuentas con una cuerda anudada,
disfrutan de su comida,
usan bellos vestidos,
hallan satisfacción en sus casas
y placer en sus costumbres.
Desde un pueblo se puede ver el otro.
Se puede escuchar el ladrido de los perros
y el canto de los gallos
en la otra aldea.
Y se puede uno pasar la vida entera
sin ir de la una a la otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario